sábado, 2 de octubre de 2010
sábado, 25 de septiembre de 2010
jueves, 11 de febrero de 2010
viernes, 1 de enero de 2010
El blog de los Rockeños
Ya estamos en internet. De momento crear una página web nos va a llevar un tiempecito pero este blog nos va a servir para empezar a dar pedales también por la www.
Por cierto que los roqueños, son un grupo de bikers que suelen salir los fines de semana por los alrededores de mirandilla. Se dice que algunos también salen a diario, y que otros hasta entrenan en su casa ayudados por diferentes artefactos... pero sólo son habladurías de la gente, ya se sabe, en los pueblos es lo que pasa.
Un saludo a todos los roqueños y demás habitantes del planeta.
lunes, 10 de agosto de 2009
Camino a la perdición II
A estas alturas, empezando la subida mis piernas y todo en general empezaban a avisar de que a ese ritmo no iba a llegar ni al km 40. De modo que aflojé el ritmo y me olvidé de la gente que iba por delante o por detrás, pensando sólo en el camino (es lo que decía que iba a hacer de inicio pero que no hice). Después de una rampa dura de cemento pillé a un chaval y le propuse grupeta. Me contestó que iba mal y yo pensé "justo lo que necesito, uno que vaya como yo o, si puede ser peor". El caso es que ya haríamos juntos toda la primera vuelta. Venía de Vigo, la verdad es que para pasar lo que pasamos juntos hablamos poco... ibamos de pena. Realmente no recuerdo zonas en las que sufriera especialmente en esta primera vuelta, pero todo el rato tenía la sensación de ir parado y de no poder hacer nada para remediarlo.
Así las cosas coronamos juntos otra rampa muy dura y larga de cemento, con plato mediano y el piñón más grande (en la segunda vuelta por este mismo sitio eso me parecería un hito). Lo siguiente fue una bajada muy rápida y divertida (ya tocaba) por una pista ancha con varias horquillas. Luego a subir en serio. Este nuevo tramo es muy bonito (para no ir petado), con rampas no muy duras pero constantes, hice todo en plato mediano y piñones altos, intentando guardar fuerzas. Nos adelantaron 3 o 4 ciclistas, reconocí alguno de los que había pasado en mi explosivo inicio, pero ahora sí tuve cabecita y refrené cualquier ímpetu de querer seguir a nadie, además había buen rollo con "El Gallego". Casi llegando arriba me despegué un poco, se me salió la cadena al meter molinillo para afontar un repecho y con el cabreo subsiguiente apreté más de la cuenta. Hice la última rampa dura para acceer a Feria con plato mediano por miedo a volver a perder la cadena. Eso les reportó un (otro) buen caletón a mis patas y abrió un hueco con mi compañero y otros que venían cerca. Por fin el avituallamiento... paré un buen rato en Feria, 4 o 5 minutos, me zampé medio melón, un par de barritas, una lata de aquarus, llené la camelback... si me dan un bocadillo de jamón me lo como también. Perdí bastantes posiciones en ese punto pero estoy seguro de que mentalmente me hizo mucho bien, todavía tenía serias dudas de dar la segunda vuelta. Otro de los beneficios que me reportó mi larga parada fue que al salir nos juntamos 4 o 5, con lo que nos pudimos ayudar mutuamente por las zonas de pista que afrontamos en el úlmimo tramo. Nada más empezar el descenso me salí recto en la primera curva (qué le vamos a hacer), no pasó nada. Poco después cayó el chico que tenía delante, un S23 del club local del que no se más, sin consecuencias, por suerte yo iba mejor de frenos que de piernas. El último tramo de la vuelta, de casi 20 km permitía bastante bien que nos fueramos relevando. Ángel del Mérida bike parecía el más fuerte de la cuadrilla y era el que tiraba con más impetu, mi amigo el Gallego pasó un poco de apuro al principio pero cuando pudo recuperar un poco a rueda también ayudo. Yo hacía lo que podía para que no se dijera pero no iba para muchas alegrías. De este tramo son los primeros reucuerdos que tengo de una fuerte contractura en la espalda que todavía no me deja girar el cuello a la izquierda. Creo que la traía de antes pero en este momento empecé a plantearme ese dolor como un posible detalle que, de ir a más, podría hacerme la segunda vuelta infernal (más si cabe). Otro regalo que empecé a notar en estas pistas polvorientas fue la sequedad de la cadena. El cambio no iba bien, sobre todo en piñones altos (lo que llevaba casi siempre) y el sonido que hacía la cadena era bastante sospechoso. Imposible hacer muchos más km sin aceitarla, incluso se veía un poco doblada (o era yo). Así las cosas cruzamos meta 1. El chico local se puso en cabeza por primera vez en 20 km para cruzar y los demás frenamos para ver qué hacíamos... el Gallego dijo tener bastante y nos dimos la mano, ángel y yo nos pusimos a buscar aceite para poder continuar. Él con muchas más ganas que yo, tengo que decirlo. Perdimos casi 10 minutos en los que pasaron unos cuantos ciclistas, finalmente cada uno por nuestro lado conseguimos el ansiado lubricante (para la cadena) y pudimos continuar... piano, piano.
Así las cosas coronamos juntos otra rampa muy dura y larga de cemento, con plato mediano y el piñón más grande (en la segunda vuelta por este mismo sitio eso me parecería un hito). Lo siguiente fue una bajada muy rápida y divertida (ya tocaba) por una pista ancha con varias horquillas. Luego a subir en serio. Este nuevo tramo es muy bonito (para no ir petado), con rampas no muy duras pero constantes, hice todo en plato mediano y piñones altos, intentando guardar fuerzas. Nos adelantaron 3 o 4 ciclistas, reconocí alguno de los que había pasado en mi explosivo inicio, pero ahora sí tuve cabecita y refrené cualquier ímpetu de querer seguir a nadie, además había buen rollo con "El Gallego". Casi llegando arriba me despegué un poco, se me salió la cadena al meter molinillo para afontar un repecho y con el cabreo subsiguiente apreté más de la cuenta. Hice la última rampa dura para acceer a Feria con plato mediano por miedo a volver a perder la cadena. Eso les reportó un (otro) buen caletón a mis patas y abrió un hueco con mi compañero y otros que venían cerca. Por fin el avituallamiento... paré un buen rato en Feria, 4 o 5 minutos, me zampé medio melón, un par de barritas, una lata de aquarus, llené la camelback... si me dan un bocadillo de jamón me lo como también. Perdí bastantes posiciones en ese punto pero estoy seguro de que mentalmente me hizo mucho bien, todavía tenía serias dudas de dar la segunda vuelta. Otro de los beneficios que me reportó mi larga parada fue que al salir nos juntamos 4 o 5, con lo que nos pudimos ayudar mutuamente por las zonas de pista que afrontamos en el úlmimo tramo. Nada más empezar el descenso me salí recto en la primera curva (qué le vamos a hacer), no pasó nada. Poco después cayó el chico que tenía delante, un S23 del club local del que no se más, sin consecuencias, por suerte yo iba mejor de frenos que de piernas. El último tramo de la vuelta, de casi 20 km permitía bastante bien que nos fueramos relevando. Ángel del Mérida bike parecía el más fuerte de la cuadrilla y era el que tiraba con más impetu, mi amigo el Gallego pasó un poco de apuro al principio pero cuando pudo recuperar un poco a rueda también ayudo. Yo hacía lo que podía para que no se dijera pero no iba para muchas alegrías. De este tramo son los primeros reucuerdos que tengo de una fuerte contractura en la espalda que todavía no me deja girar el cuello a la izquierda. Creo que la traía de antes pero en este momento empecé a plantearme ese dolor como un posible detalle que, de ir a más, podría hacerme la segunda vuelta infernal (más si cabe). Otro regalo que empecé a notar en estas pistas polvorientas fue la sequedad de la cadena. El cambio no iba bien, sobre todo en piñones altos (lo que llevaba casi siempre) y el sonido que hacía la cadena era bastante sospechoso. Imposible hacer muchos más km sin aceitarla, incluso se veía un poco doblada (o era yo). Así las cosas cruzamos meta 1. El chico local se puso en cabeza por primera vez en 20 km para cruzar y los demás frenamos para ver qué hacíamos... el Gallego dijo tener bastante y nos dimos la mano, ángel y yo nos pusimos a buscar aceite para poder continuar. Él con muchas más ganas que yo, tengo que decirlo. Perdimos casi 10 minutos en los que pasaron unos cuantos ciclistas, finalmente cada uno por nuestro lado conseguimos el ansiado lubricante (para la cadena) y pudimos continuar... piano, piano.
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